Tema del debate de esta noche:
"Cagar inmediatamente después de ducharse".
Alegatos iniciales:
En contra: Siento que me estoy ensuciando justo después de haberme purificado. Me parece un contrasentido en lo racional y completamente repulsivo en lo emocional. Lo evito hasta el extremo pero, como es natural, algunas veces me sucede. Entonces no me queda otra alternativa que volver a meterme en la ducha y limpiar de nuevo, con jabón y esponja, el agujero mancillado.
A favor: Supone completar el ejercicio de aseo corporal en su vertiente interior. Conceptualmente y desde el punto de vista del orden y la eficacia, es el momento adecuado para hacerlo. Pero lo mejor, esa experiencia orgánica que nadie se atreve a comentar en público, es la inmediatez y falta de actos intermedios de protocolo: Uno se está secándo en el baño, le acomete la necesidad y basta con sentarse y abandonarse. Cagar desnudo es lujuria.
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