El cinematográfico gesto de erotizar con una cereza. Los labios carnosos que la acarician, la boca húmeda que la deja resbalar fuera de sí. Los dientes, la lengua, el juego. La boca fresca, el fruto vivo. Atractor lujurioso de la mirada, la cereza. Redonda, brillante y grana.
Versionar el clásico de manera grotesca. Mancillarlo. Sacarse una cereza del coño.
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