30 enero 2014

Mejor huérfano

Sobre la filiación a un famoso hablan todos, pero pocos podemos hacerlo en primera persona. En mi caso, la condición de hijo me ha facilitado las cosas, e incluso podría decir que permitió que debutara en mi disciplina cuando, bajo otras circunstancias, no lo habría hecho tan pronto o sin trabas. En contrapartida, esta condición ha teñido –en el ojo del otro– todo lo que hago. Jamás he tenido la sensación de que se juzgara mi trabajo por sí mismo, sino con la ceja elevada, la sospecha previa y el desprecio injustificado. No lo recomiendo.

26 enero 2014

Demasiado tiempo libre

Desde que estoy en paro he desarrollado una capacidad especial para perder el tiempo. Es un don, lo sé. Consigo acortar el día, que el tiempo transcurra sin afectarme. Es como una suerte de hibernación despierto. Porque no consiste en dormir mucho y permanecer aletargado durante la vigilia, no. Me despierto antes de las nueve de la mañana y no me acuesto antes de las doce de la noche. Es decir, permanezco activo un número razonable de horas. Aprender a deshacerse de ellas, a rellenar el tiempo con aire, con nada, lo considero un triunfo del que he llegado a sentirme orgulloso. No puedo explicar cómo lo hago, pero intentaré ilustrarlo con el ejemplo de cualquiera de mis días.

Me levanto, me ducho y desayuno y estoy preparado para empezar a perder el tiempo antes de las diez de la mañana. Veo el libro sobre el sillón y me prometo leer un poco después de repasar los periódicos del día en internet. Empiezo a leer la página de titulares y pronto me aburro, miro alguna cosa más y ya son las cinco de la tarde. Saco de la nevera el resto de pizza descongelada que cené anoche y vuelvo al ordenador. A las once y media el dolor de ojos me hace volver en mí. Ceno cereales con leche fría delante del ordenador, terminando de repasar unas páginas que me había dejado pendientes. Embrutecido, insensibilizado. Lobotomizado, como se decía en los noventa.

22 enero 2014

El desencanto

Soy yo. No puedes ser tú.

No entiendo qué me pasa, de dónde viene esta apatía por lo que veo. Mi propia indiferencia me inquieta, me abruma.

La vida no es un río; no puede estancarse tras unos rápidos apasionantes... ¿puede?

Me pregunto si acaso me habré convertido en lo que tanto despreciaba, un nostálgico. No lo creo. A mí no me interesa aquello, no sirve para lo nuestro. Sólo envidio aquel entusiasmo. Ya lejano.

19 enero 2014

Mi carta no contestada a Agustín

Buenos días Agustín,

¿Accederías a que te hiciera una entrevista?

No es necesario que nos veamos, ni en persona ni por videoconferencia. Las preguntas te las enviaría por correo electrónico y por el mismo medio recibiría tus respuestas.

No pertenezco a ningún medio de comunicación ni grupo de influencia editorial. Simplemente soy un lector, así que esta entrevista no puede reportarte ningún beneficio profesional. La colgaré en un blog que todavía no existe.

Soy un ejemplo del lector medio español. Es decir: tengo una idea muy vaga de la literatura actual (y pasada) de nuestro país, leo aquello de lo que se habla en los periódicos o en internet y soy incapaz de elaborar un juicio crítico sobre un libro, más allá del me gusta o no me gusta. Ni siquiera he leído toda tu obra, tan sólo un par de novelas, que me gustaron. Además me tendría que referir a ellas de memoria, pues no las tendré delante en el momento de la entrevista.

Las preguntas son las que se hace un lector normal, tal vez resulten muy llanas desde la perspectiva del autor.

Si consideras que estos mimbres no son muy pocos y estás interesado en seguir adelante, te lo agradezco mucho.


Un saludo.

14 enero 2014

Memorias parafílicas de un niño pera

Excluyendo los provocados por la fricción intergenital con lo femenino, los orgasmos más intensos que me han sacudido los ha provocado el espectáculo de una mujer hablando de sexo. Una palabra es suficiente.

Durante la realización de un trabajo en grupo en mis tiempos universitarios, tuve que abandonar la biblioteca y refugiarme en los aseos para saciar una impertinente erección que se me reveló con la palabra semén en los labios rosa pálido de una compañera de pelo perfumado por la que me sentía excitado hasta la enfermedad.

10 enero 2014

Los pasillos del metro

No pensaba que fuera usted un degenerado, me dice con una mirada de asco a la que respondo devolviendo los genitales al interior del pantalón.

06 enero 2014

Presente

Revisar, por coyuntura temporal de fin de ciclo, tu armario del último año y comprobar que lo que tu creías elegante y atractivo es pura mierda. Darte cuenta de que has ido haciendo el payaso todo el año sin que nadie te lo haya comentado. Avergonzarte retrospectivamente.

Y no saber ya cómo seguir.

03 enero 2014

Momentos embarazosos de la humanidad (3)

Creo que tengo un problema para interpretar a las personas. Invité a una amiga a comer a casa y, cuando le pregunté qué quería de postre, dijo: Plátano. No supe cómo reaccionar, me reí de forma histérica y no contesté nada. Después de un momento de incomodidad, dijo: Manzana, y le traje una manzana. ¿Cómo tengo que actuar en estos casos?