Soy yo. No puedes ser tú.
No entiendo qué me pasa, de dónde viene esta apatía por lo que veo. Mi propia indiferencia me inquieta, me abruma.
La vida no es un río; no puede estancarse tras unos rápidos apasionantes... ¿puede?
Me pregunto si acaso me habré convertido en lo que tanto despreciaba, un nostálgico. No lo creo. A mí no me interesa aquello, no sirve para lo nuestro. Sólo envidio aquel entusiasmo. Ya lejano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario