12 octubre 2013

Entrevista en "Carreteras encontradas"

Agradezco la entrevista que me realizó Clara R. para el fanzine semestral "Carreteras encontradas" y que aparece en el número de septiembre de este año. Aquí la reproduzco, para el que no tenga la oportunidad de acceder a su publicación original.


¿Cuántas visitas semanales tienes a tu blog? ¿Cuántas, de media, por entrada?
Ambas preguntas se responden con el mismo número: cero.

¿De verdad?
Sí, de verdad... Supongo que te refieres a visitas excluyendo las mías propias. En caso contrario, la media por entrada está en 31, y va subiendo con el tiempo.

¿Estás muy pendiente de las visitas?
Bastante. Es una de las primeras comprobaciones que hago cada vez que me conecto al blog. Comentarios ya sé que no hay, porque no me ha llegado ninguna notificación previa por correo electrónico, pero con las visitas siempre albergo alguna esperanza.

Si me permites la pregunta sincera, pero dura, ¿cómo te sientes sabiendo que nadie lee tu blog, que absolutamente todo sería igual si tú no escribieras?
Es muy decepcionante que nadie lo lea. Pero también me doy cuenta de que yo mismo entro en muchos otros blogs en los que, estoy completamente convencido, soy su único visitante. Nadie, salvo el autor, ha pasado por allí en años y sin embargo sigue publicando, sin preocuparle... Yo no soy así, no hago esto por satisfacción propia, por interés o para ayudarme de alguna manera, como todos los que dicen que es un ejercicio de exorcismo de sus problemas personales.

Háblanos de tu experiencia, ¿cuáles son las motivaciones de un bloguero?
Ya he contestado a medias, no sé cuáles serán para otros blogueros, pero para este bloguero están clarísimas. Yo empiezo una bitácora –y he empezado muchas en mi vida– cuando tengo el convencimiento de que se va a convertir en un éxito meteórico, con perdón del lugar común –uno de los signos de identidad, por otra parte, de este blog–. Si me permites una disgresión al hilo de esto último, me gustaría aclarar que no se trata de un manierismo intencionado, sino que no soy capaz de hacerlo mejor. A mí sólo me sale el adjetivo trillado para acompañar a un nombre, y en cuanto no suena tópico, en el momento que resulta original, ya me chirría y lo cambio enseguida. Volviendo a la pregunta, el momento de diseñar el blog o de componer los primeros post ya lo haces anticipando su resonancia, lo que va a dar que hablar. De hecho, tienes en cuenta ese éxito futurible e incorporas guiños para poder lucirte después, para poder señalar esas coincidencias metatextuales aparentemente casuales, pero en realidad perfectamente estudiadas.

No me lo tengas en cuenta, pero tengo que preguntártelo: ¿Conlleva algo de enfermedad mental?
No. Es un reflejo de nuestras vidas, en las que nada tiene sentido: Sorprendernos a nosotros mismos escribiendo un texto a la una de la madrugada, cuando al día siguiente tenemos que madrugar. Un texto que nadie va a leer, que no nos va a reportar beneficios –por supuesto económicos, ni tampoco en forma de gratificación personal– y no entender por qué lo hacemos. Es así. No te gusta, escribes mal, pero lo haces. Sin ninguna razón... supongo que porque todas las personas que interesan tienen uno. Quieres ser como ellos, bloguero de éxito. Sí, esa es la motivación: el reconocimiento.

Pero es que nadie te lee.
Lo sé, ese es nuestro fracaso, mi fracaso. En el mundo del blog, he fracasado. También.

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