30 diciembre 2013

Desayuno

Llámame reprimida por no extender el influjo del sexo a cada detalle de mi vida, por no considerarlo a cada instante.

Una de las más extrañas parafilias que me he encontrado, se la conocí a un hombre con el que me cité unas pocas veces el verano pasado. Se abandonaba a conductas enfermizas dictadas por vínculos que establecía, de forma altamente heterodoxa, entre palabras y comportamientos sexuales. Por si te lo estás preguntando, no se trataba de un lingüista, a esos también los he tratado y sus fantasías son más vulgares, más animales. No; éste trabajaba en el servicio de mantenimiento de un complejo de piscinas, con un mono azul y herramientas colgando del cinturón.

Durante el breve periodo en el que lo conocí, vivía obsesionado con la relación entre las palabras eyacular y desayuno. A mi entender, y al margen de la coincidencia en algunas letras, son dos palabras muy distantes. Sin embargo él alimentaba su pensamiento recursivo con el vínculo íntimo que decía haber encontrado entre ambas, y sentía la necesidad compulsiva de eyacular sobre el desayuno; la obligación, decía él. El trastorno dominaba completamente su comportamiento.

La primera vez que eyaculó sobre la mesa del desayuno, alcanzando mi café con leche y sus tostadas de mermelada de fresa, me pareció repugnante pero no dije nada. La siguiente vez, lo abandoné.

27 diciembre 2013

Fragmentos de una vida

Mi concurso en el mundo del blog es el más genuino que se pueda dar. Igual que aquellos pioneros que lo establecieron para permitir el acceso público y amplio a sus comunicaciones privadas, mi desembarco en este mundo lo propiciaron los ánimos de mis amigos. Hoy he descubierto cuál eran sus verdaderas intenciones, pero aquel día me convencieron.

Yo enviaba a diario comunicados a través del correo electrónico con ideas o apuntes de mi vida, igual que mucho de lo que puede leerse aquí: Experiencias, pensamientos o teorías. Supongo que, cansados de que les saturarse el archivo de sus cuentas, me encaminaron al mundo del blog. Argumentaban que era un acto de puro egoismo mantener oculto semejante torrente de genio y que aquello había que compartirlo con el mundo, algo con lo que yo estaba completamente de acuerdo. Así que decidí sustituir mis restringidas comunicaciones por entradas accesibles a cualquiera, en un blog que estaba llamado a encumbrarme.

Después de más de diez años y tras doce blogs fracasados, hoy sé que todo aquello era mentira. Nunca han llegado a acumularse más de cuatro visitas en ninguna de las miles de entradas que he escrito durante todo este tiempo. La gran mayoría de las veces su número es simplemente cero, lo que prueba que ni siquiera mis amigos se toman la molestia de leerlas. Es decir, que idearon un medio para quitarse de encima a aquella persona molesta y narcisista, empeñada en ganar su atención y alabanzas, y a la vez demostrarle su verdadera valía como ideólogo y escritor. He aprendido la lección y nunca les he mencionado su deserción como lectores ni mi absoluto fracaso como comunicador. Todos los sabemos pero no hablamos de ello.

24 diciembre 2013

Conversaciones anónimas (8)

— Te juro, tronco, que según estábamos entregando el examen, se nos acerca y nos suelta: "detecto una cierta tensión en vuestras pollas y desearía conocer qué la motiva".
— Puro determinismo social.

23 diciembre 2013

Conversaciones anónimas (7)

— ¿Podrías alentarme a que me suicide de forma persuasiva e inequívoca, para que mi familia tenga a quién culpar cuando me descubran desangrado y puedan saciar su sed de venganza luchando para que te enchironen?
— ¿Ahora?
— Sí

22 diciembre 2013

Conversaciones anónimas (6)

— Tengo los genitales pequeños y sin estrenar. Ahora tú, descríbete.
— Vamos al dormitorio de mis padres.

21 diciembre 2013

Conversaciones anónimas (5)

En ir con camisetas diseñadas por uno mismo, en colaborar en varios fanzines, en hacer gifs, en London, en drogas blandas, en ser alguien en la internet, en que te llamen... ¿en eso consiste, joder, consiste en eso, o qué?

20 diciembre 2013

Conversaciones anónimas (4)

— Llevas toda la comida sin hablar, ¿qué es lo que te preocupa?
— La idea de hacer el tirachinas con el condón después de quitármelo.
— ...
— Sentado con la cabeza entre las manos y los ojos cerrados, ¿aspiras profundamente el olor dulce de tus heces?

19 diciembre 2013

Conversaciones anónimas (3)

Si después de seis meses no te ha pedido que os grabéis follando para ponerlo de forma anónima en internet, es que no te quiere.

18 diciembre 2013

Conversaciones anónimas (2)

— Hola Víctor, no sé si me recuerdas, una vez hicimos el amor.
— Pues no eres muy concreta. Con los datos que me das no consigo identificarte, podrías ser dos personas.

17 diciembre 2013

Conversaciones anónimas (1)

— Quiero vuestras tetas libres de amarres. Las quiero saltando, rebotando y apuntando en todas las direcciones.
— ¿Así? ¿Te referías a esto?
— Siento cómo la potencia sexual regresa a mí. Cómo vuelve a rellenar mis testículos de vida. Quiero explotar en el interior de tu cavidad.

15 diciembre 2013

Recuerdos de la universidad

Una costumbre que me acompañó durante todos mis años de universidad fue la de pedir regularmente los apuntes a las compañeras de clase más guapas y devolvérselos al día siguiente, en apariencia intactos, después de rozar el glande por toda su superficie.

12 diciembre 2013

Exterminio de golondrinas

Vivo en un edificio de siete plantas en el extrarradio de una gran ciudad. Las golondrinas ponen sus huevos en la azotea. No de forma grosera, como cuando las personas decimos que vamos a poner los huevos encima de la cara de la novia de un amigo, sino como un paso más de su proceso de reproducción. Esta mañana he encontrado un bando pegado con celo sobre el espejo del ascensor. Habla de la necesidad de buscar una solución al problema de las golondrinas y propone, de forma implícita, su exterminio. Supongo que no lo expone con mayor crudeza debido a que la vecina del tercero derecha es una activista de los derechos de los animales. Es una chica joven y soltera, he coincidido con ella alguna vez en el ascensor y la encuentro muy agradable. Me gustaría follármela. Yo estoy de acuerdo con el exterminio de cualquier alimaña en general y de las golondrinas en particular, pero no me voy a pronunciar con tanta claridad en la junta de vecinos del próximo jueves hasta haber escuchado a todos los demás. A mí no me afecta directamente el problema con las golondrinas, aunque ya había oído antes hablar de ello. Sus nidos están obturando los sumideros de la azotea, que se inunda cada vez que llueve produciendo humedades en los últimos pisos. Supongo que la nota del ascensor pertence a alguno de estos inquilinos. Pero yo quiero conocer primero la opinión de la vecina del tercero derecha. Quiero acostarme con ella.

09 diciembre 2013

Mitos modernos

El más interesante sentimiento humano es el de la idolatría. Permitió nada menos que el florecimiento de las religiones, que han dominado la historia de la humanidad desde el comienzo.

A mí me interesa más esa idolatría profana de los tiempos modernos. La de la maquinaria publicitaria del primer mundo. La del culto irracional a símbolos creados ex profeso para convertirse en fábricas de dinero.

La mitomanía.

Sabemos lo que son y sin embargo los veneramos.

06 diciembre 2013

En una fiesta

No comprendo por qué me siguen invitando a las cenas y las fiestas de amigos. No soy simpático, no soy divertido y no participo en la conversación. Sólo intervengo cuando me interpelan y me limito a responder a lo que me preguntan. Me acerco a alguno de los grupos que se ha formado y permanezco tangente al mismo, sin que se sepa bien si me he incorporado o no, aunque escucho y asiento o sonrío, para mostrar que tomo parte como espectador. Me preocupa que piensen que no me integro y se preocupen por mí. Así que miento y simulo que me divierto. Apenas bebo alcohol, porque me sienta fatal, y en su lugar elijo cualquier otra bebida para mantener una mano ocupada con el vaso. En la otra tengo siempre una servilleta con la que me limpio compulsivamente la boca. Siempre procuro largarme pronto, pero no puedo propiciar yo mismo la despedida, así que espero hasta que algún otro invitado anuncia que se marcha y aprovecho para incorporarme a la comitiva de partida. Suelo despedirme personalmente sólo del anfitrión y no del resto de invitados, con la mayoría de los cuales no he llegado a hablar y a algunos ni siquiera me los han presentado. En general, creo que a todos los desprecio por igual.

02 diciembre 2013

A través del ano

En la universidad hice una apuesta con un compañero. El que perdiera tenía que someterse a una exploración rectal por un proctólogo, alegando unas supuestas molestias. El otro lo acompañaría, para asegurarse de cobrar su pieza.

Por fortuna gané la apuesta y sigo manteniendo el ano incólume.

Mi amigo estaba tan avergonzado que concertó una cita de forma privada, para evitar que el seguro de su padre cubriera la consulta y así se enterase. La broma le costó cara. Después de salir del médico, le invité a una cerveza para que me contara la experiencia; no sé si quiso prolongar la gracia, pero se negó a sentarse en la banqueta y permaneció de pie. Le recordé la anécdota unos semestres después, el día de nuestra graduación, un instante antes de que subiera al estrado a recoger su diploma.

Es una pena, pero después de tanto tiempo hemos perdido el contacto, mi amigo al que el médico introdujo un dedo lubricado en el recto y lo giró palpando su textura, y yo.