06 diciembre 2013
En una fiesta
No comprendo por qué me siguen invitando a las cenas y las fiestas de amigos. No soy simpático, no soy divertido y no participo en la conversación. Sólo intervengo cuando me interpelan y me limito a responder a lo que me preguntan. Me acerco a alguno de los grupos que se ha formado y permanezco tangente al mismo, sin que se sepa bien si me he incorporado o no, aunque escucho y asiento o sonrío, para mostrar que tomo parte como espectador. Me preocupa que piensen que no me integro y se preocupen por mí. Así que miento y simulo que me divierto. Apenas bebo alcohol, porque me sienta fatal, y en su lugar elijo cualquier otra bebida para mantener una mano ocupada con el vaso. En la otra tengo siempre una servilleta con la que me limpio compulsivamente la boca. Siempre procuro largarme pronto, pero no puedo propiciar yo mismo la despedida, así que espero hasta que algún otro invitado anuncia que se marcha y aprovecho para incorporarme a la comitiva de partida. Suelo despedirme personalmente sólo del anfitrión y no del resto de invitados, con la mayoría de los cuales no he llegado a hablar y a algunos ni siquiera me los han presentado. En general, creo que a todos los desprecio por igual.
Publicado por
Ned Racine
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