04 septiembre 2014

Cita puntual

El orín central de la jornada. Levantarte de tu puesto y avanzar por el pasillo de la oficina pensando: lo voy a echar, me ha llegado el turno. No dejar de anticipar durante todo el camino el espectáculo de tu contenido saliendo expelido del cuerpo. Hidráulica elemental. Dedicarles a los compañeros, delante de sus ordenadores, la mirada franca pero condescendiente de quien va a purgarse. Llegar por fin al vestíbulo y entrar en los aseos. Aliviarte. Y dejar en el fondo del inodoro de la oficina tu fluido meloso, para que lo disfrute el siguiente.

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