Llámame reprimida por no extender el influjo del sexo a cada detalle de mi vida, por no considerarlo a cada instante.
Una de las más extrañas parafilias que me he encontrado, se la conocí a un hombre con el que me cité unas pocas veces el verano pasado. Se abandonaba a conductas enfermizas dictadas por vínculos que establecía, de forma altamente heterodoxa, entre palabras y comportamientos sexuales. Por si te lo estás preguntando, no se trataba de un lingüista, a esos también los he tratado y sus fantasías son más vulgares, más animales. No; éste trabajaba en el servicio de mantenimiento de un complejo de piscinas, con un mono azul y herramientas colgando del cinturón.
Durante el breve periodo en el que lo conocí, vivía obsesionado con la relación entre las palabras eyacular y desayuno. A mi entender, y al margen de la coincidencia en algunas letras, son dos palabras muy distantes. Sin embargo él alimentaba su pensamiento recursivo con el vínculo íntimo que decía haber encontrado entre ambas, y sentía la necesidad compulsiva de eyacular sobre el desayuno; la obligación, decía él. El trastorno dominaba completamente su comportamiento.
La primera vez que eyaculó sobre la mesa del desayuno, alcanzando mi café con leche y sus tostadas de mermelada de fresa, me pareció repugnante pero no dije nada. La siguiente vez, lo abandoné.
30 diciembre 2013
27 diciembre 2013
Fragmentos de una vida
Mi concurso en el mundo del blog es el más genuino que se pueda dar. Igual que aquellos pioneros que lo establecieron para permitir el acceso público y amplio a sus comunicaciones privadas, mi desembarco en este mundo lo propiciaron los ánimos de mis amigos. Hoy he descubierto cuál eran sus verdaderas intenciones, pero aquel día me convencieron.
Yo enviaba a diario comunicados a través del correo electrónico con ideas o apuntes de mi vida, igual que mucho de lo que puede leerse aquí: Experiencias, pensamientos o teorías. Supongo que, cansados de que les saturarse el archivo de sus cuentas, me encaminaron al mundo del blog. Argumentaban que era un acto de puro egoismo mantener oculto semejante torrente de genio y que aquello había que compartirlo con el mundo, algo con lo que yo estaba completamente de acuerdo. Así que decidí sustituir mis restringidas comunicaciones por entradas accesibles a cualquiera, en un blog que estaba llamado a encumbrarme.
Después de más de diez años y tras doce blogs fracasados, hoy sé que todo aquello era mentira. Nunca han llegado a acumularse más de cuatro visitas en ninguna de las miles de entradas que he escrito durante todo este tiempo. La gran mayoría de las veces su número es simplemente cero, lo que prueba que ni siquiera mis amigos se toman la molestia de leerlas. Es decir, que idearon un medio para quitarse de encima a aquella persona molesta y narcisista, empeñada en ganar su atención y alabanzas, y a la vez demostrarle su verdadera valía como ideólogo y escritor. He aprendido la lección y nunca les he mencionado su deserción como lectores ni mi absoluto fracaso como comunicador. Todos los sabemos pero no hablamos de ello.
Yo enviaba a diario comunicados a través del correo electrónico con ideas o apuntes de mi vida, igual que mucho de lo que puede leerse aquí: Experiencias, pensamientos o teorías. Supongo que, cansados de que les saturarse el archivo de sus cuentas, me encaminaron al mundo del blog. Argumentaban que era un acto de puro egoismo mantener oculto semejante torrente de genio y que aquello había que compartirlo con el mundo, algo con lo que yo estaba completamente de acuerdo. Así que decidí sustituir mis restringidas comunicaciones por entradas accesibles a cualquiera, en un blog que estaba llamado a encumbrarme.
Después de más de diez años y tras doce blogs fracasados, hoy sé que todo aquello era mentira. Nunca han llegado a acumularse más de cuatro visitas en ninguna de las miles de entradas que he escrito durante todo este tiempo. La gran mayoría de las veces su número es simplemente cero, lo que prueba que ni siquiera mis amigos se toman la molestia de leerlas. Es decir, que idearon un medio para quitarse de encima a aquella persona molesta y narcisista, empeñada en ganar su atención y alabanzas, y a la vez demostrarle su verdadera valía como ideólogo y escritor. He aprendido la lección y nunca les he mencionado su deserción como lectores ni mi absoluto fracaso como comunicador. Todos los sabemos pero no hablamos de ello.
24 diciembre 2013
Conversaciones anónimas (8)
— Te juro, tronco, que según estábamos entregando el examen, se nos acerca y nos suelta: "detecto una cierta tensión en vuestras pollas y desearía conocer qué la motiva".
— Puro determinismo social.
— Puro determinismo social.
23 diciembre 2013
Conversaciones anónimas (7)
— ¿Podrías alentarme a que me suicide de forma persuasiva e inequívoca, para que mi familia tenga a quién culpar cuando me descubran desangrado y puedan saciar su sed de venganza luchando para que te enchironen?
— ¿Ahora?
— Sí
— ¿Ahora?
— Sí
22 diciembre 2013
Conversaciones anónimas (6)
— Tengo los genitales pequeños y sin estrenar. Ahora tú, descríbete.
— Vamos al dormitorio de mis padres.
— Vamos al dormitorio de mis padres.
21 diciembre 2013
Conversaciones anónimas (5)
En ir con camisetas diseñadas por uno mismo, en colaborar en varios fanzines, en hacer gifs, en London, en drogas blandas, en ser alguien en la internet, en que te llamen... ¿en eso consiste, joder, consiste en eso, o qué?
20 diciembre 2013
Conversaciones anónimas (4)
— Llevas toda la comida sin hablar, ¿qué es lo que te preocupa?
— La idea de hacer el tirachinas con el condón después de quitármelo.
— ...
— Sentado con la cabeza entre las manos y los ojos cerrados, ¿aspiras profundamente el olor dulce de tus heces?
— La idea de hacer el tirachinas con el condón después de quitármelo.
— ...
— Sentado con la cabeza entre las manos y los ojos cerrados, ¿aspiras profundamente el olor dulce de tus heces?
19 diciembre 2013
Conversaciones anónimas (3)
Si después de seis meses no te ha pedido que os grabéis follando para ponerlo de forma anónima en internet, es que no te quiere.
18 diciembre 2013
Conversaciones anónimas (2)
— Hola Víctor, no sé si me recuerdas, una vez hicimos el amor.
— Pues no eres muy concreta. Con los datos que me das no consigo identificarte, podrías ser dos personas.
— Pues no eres muy concreta. Con los datos que me das no consigo identificarte, podrías ser dos personas.
17 diciembre 2013
Conversaciones anónimas (1)
— Quiero vuestras tetas libres de amarres. Las quiero saltando, rebotando y apuntando en todas las direcciones.
— ¿Así? ¿Te referías a esto?
— Siento cómo la potencia sexual regresa a mí. Cómo vuelve a rellenar mis testículos de vida. Quiero explotar en el interior de tu cavidad.
— ¿Así? ¿Te referías a esto?
— Siento cómo la potencia sexual regresa a mí. Cómo vuelve a rellenar mis testículos de vida. Quiero explotar en el interior de tu cavidad.
15 diciembre 2013
Recuerdos de la universidad
Una costumbre que me acompañó durante todos mis años de universidad fue la de pedir regularmente los apuntes a las compañeras de clase más guapas y devolvérselos al día siguiente, en apariencia intactos, después de rozar el glande por toda su superficie.
12 diciembre 2013
Exterminio de golondrinas
Vivo en un edificio de siete plantas en el extrarradio de una gran ciudad. Las golondrinas ponen sus huevos en la azotea. No de forma grosera, como cuando las personas decimos que vamos a poner los huevos encima de la cara de la novia de un amigo, sino como un paso más de su proceso de reproducción. Esta mañana he encontrado un bando pegado con celo sobre el espejo del ascensor. Habla de la necesidad de buscar una solución al problema de las golondrinas y propone, de forma implícita, su exterminio. Supongo que no lo expone con mayor crudeza debido a que la vecina del tercero derecha es una activista de los derechos de los animales. Es una chica joven y soltera, he coincidido con ella alguna vez en el ascensor y la encuentro muy agradable. Me gustaría follármela. Yo estoy de acuerdo con el exterminio de cualquier alimaña en general y de las golondrinas en particular, pero no me voy a pronunciar con tanta claridad en la junta de vecinos del próximo jueves hasta haber escuchado a todos los demás. A mí no me afecta directamente el problema con las golondrinas, aunque ya había oído antes hablar de ello. Sus nidos están obturando los sumideros de la azotea, que se inunda cada vez que llueve produciendo humedades en los últimos pisos. Supongo que la nota del ascensor pertence a alguno de estos inquilinos. Pero yo quiero conocer primero la opinión de la vecina del tercero derecha. Quiero acostarme con ella.
09 diciembre 2013
Mitos modernos
El más interesante sentimiento humano es el de la idolatría. Permitió nada menos que el florecimiento de las religiones, que han dominado la historia de la humanidad desde el comienzo.
A mí me interesa más esa idolatría profana de los tiempos modernos. La de la maquinaria publicitaria del primer mundo. La del culto irracional a símbolos creados ex profeso para convertirse en fábricas de dinero.
La mitomanía.
Sabemos lo que son y sin embargo los veneramos.
A mí me interesa más esa idolatría profana de los tiempos modernos. La de la maquinaria publicitaria del primer mundo. La del culto irracional a símbolos creados ex profeso para convertirse en fábricas de dinero.
La mitomanía.
Sabemos lo que son y sin embargo los veneramos.
06 diciembre 2013
En una fiesta
No comprendo por qué me siguen invitando a las cenas y las fiestas de amigos. No soy simpático, no soy divertido y no participo en la conversación. Sólo intervengo cuando me interpelan y me limito a responder a lo que me preguntan. Me acerco a alguno de los grupos que se ha formado y permanezco tangente al mismo, sin que se sepa bien si me he incorporado o no, aunque escucho y asiento o sonrío, para mostrar que tomo parte como espectador. Me preocupa que piensen que no me integro y se preocupen por mí. Así que miento y simulo que me divierto. Apenas bebo alcohol, porque me sienta fatal, y en su lugar elijo cualquier otra bebida para mantener una mano ocupada con el vaso. En la otra tengo siempre una servilleta con la que me limpio compulsivamente la boca. Siempre procuro largarme pronto, pero no puedo propiciar yo mismo la despedida, así que espero hasta que algún otro invitado anuncia que se marcha y aprovecho para incorporarme a la comitiva de partida. Suelo despedirme personalmente sólo del anfitrión y no del resto de invitados, con la mayoría de los cuales no he llegado a hablar y a algunos ni siquiera me los han presentado. En general, creo que a todos los desprecio por igual.
02 diciembre 2013
A través del ano
En la universidad hice una apuesta con un compañero. El que perdiera tenía que someterse a una exploración rectal por un proctólogo, alegando unas supuestas molestias. El otro lo acompañaría, para asegurarse de cobrar su pieza.
Por fortuna gané la apuesta y sigo manteniendo el ano incólume.
Mi amigo estaba tan avergonzado que concertó una cita de forma privada, para evitar que el seguro de su padre cubriera la consulta y así se enterase. La broma le costó cara. Después de salir del médico, le invité a una cerveza para que me contara la experiencia; no sé si quiso prolongar la gracia, pero se negó a sentarse en la banqueta y permaneció de pie. Le recordé la anécdota unos semestres después, el día de nuestra graduación, un instante antes de que subiera al estrado a recoger su diploma.
Es una pena, pero después de tanto tiempo hemos perdido el contacto, mi amigo al que el médico introdujo un dedo lubricado en el recto y lo giró palpando su textura, y yo.
Por fortuna gané la apuesta y sigo manteniendo el ano incólume.
Mi amigo estaba tan avergonzado que concertó una cita de forma privada, para evitar que el seguro de su padre cubriera la consulta y así se enterase. La broma le costó cara. Después de salir del médico, le invité a una cerveza para que me contara la experiencia; no sé si quiso prolongar la gracia, pero se negó a sentarse en la banqueta y permaneció de pie. Le recordé la anécdota unos semestres después, el día de nuestra graduación, un instante antes de que subiera al estrado a recoger su diploma.
Es una pena, pero después de tanto tiempo hemos perdido el contacto, mi amigo al que el médico introdujo un dedo lubricado en el recto y lo giró palpando su textura, y yo.
29 noviembre 2013
Transexualidad. Tipos de relaciones transexuales
La transexualidad es un término acuñado por el teórico sexual Gérard Genette. En su libro Palimpsexos: la identidad en segundo grado (1982), Genette explica la transexualidad, o “trascendencia sexual del sexo”, como "todo lo que pone al sexo en relación, manifiesta o secreta, con otros sexos". Dentro de este mismo estudio, el teórico francés enumera cinco tipos de relaciones transexuales con el siguiente orden creciente:
Intersexualidad
La intersexualidad funge como el paradigma terminológico de la transexualidad, a partir de lo propuesto por Julia Kristeva. Genette define este concepto, “de manera restrictiva, como una relación de copresencia entre dos o más sexos”, por lo que no equivale al que se emplea en el postestructuralismo.
La intersexualidad funge como el paradigma terminológico de la transexualidad, a partir de lo propuesto por Julia Kristeva. Genette define este concepto, “de manera restrictiva, como una relación de copresencia entre dos o más sexos”, por lo que no equivale al que se emplea en el postestructuralismo.
Parasexualidad
Si bien una relación sexual consiste en un sexo activo con una determinada intención, este sexo no se presenta sin el acompañamiento y refuerzo de ciertas producciones “que no sabemos si debemos considerarlas o no como pertenecientes al sexo, pero que en todo caso lo rodean y lo prolongan precisamente por presentarlo”.
Si bien una relación sexual consiste en un sexo activo con una determinada intención, este sexo no se presenta sin el acompañamiento y refuerzo de ciertas producciones “que no sabemos si debemos considerarlas o no como pertenecientes al sexo, pero que en todo caso lo rodean y lo prolongan precisamente por presentarlo”.
Metasexualidad
La metasexualidad, el tercer tipo de trascendencia sexual, es una relación que se puede entender como “de comentario”. En este sentido, un sexo que se relaciona con otro establece una relación metasexual con ése, sin que necesariamente lo engarce, o incluso sin que lo roce. De acuerdo con Genette, la relación que se establece por este tipo de relaciones es crítica, y considera así que la teoría sexual es el metasexo por excelencia.
Hipersexualidad
El cuarto tipo de trascendencia sexual es sobre el que se centra Palimpsexos: la hipersexualidad. Según Genette, las relaciones hipersexuales son las que incluyen a un sexo B (llamado hipersexo) y a un sexo A (el hiposexo), que es anterior a B, y del cual se puede decir que parte éste último.
Archisexualidad
En un estudio previo a Palimpsexos, Gérard Genette explica que el interés de la poética sexual no es el sexo en su singularidad, sino el archisexo, o la archisexualidad del sexo, que equipara al estudio de la literaliedad de la literatura.
26 noviembre 2013
Momentos embarazosos de la humanidad (2)
Defecar cuerpos extraños, casi esféricos, que emergen tras el torbellino que se pierde por el sumidero y quedan flotando cuando la tranquilidad regresa al fondo del inodoro. Cuerpos orgánicos y oscuros con estribaciones doradas que, con total seguridad, nunca has ingerido.
Y esto, después de cada deposición desde hace meses. A veces, incluso, son gemelos.
Tener que explicarle esto al médico a través de la novia con la que llevas saliendo apenas semanas y que es tu única traductora posible al condenado idioma de este país.
Y esto, después de cada deposición desde hace meses. A veces, incluso, son gemelos.
Tener que explicarle esto al médico a través de la novia con la que llevas saliendo apenas semanas y que es tu única traductora posible al condenado idioma de este país.
22 noviembre 2013
Lugares comunes sobre las moscas
Resulta curioso que la gente se crea que cuando las moscas se posan en la comida, es para comérsela. En realidad, la mayoría de las veces están poniendo sus huevos en ella. Se suele por ello aconsejar cocinar bien los alimentos y prevenir así la ingestión de las larvas, que puedan llegar a desarrollarse en nuestro interior. Es bien conocido el dato de que los ácidos del estómago son increíblemente corrosivos, pero no es menos sabida la existencia de parásitos intestinales. En la literatura médica de finales del siglo XIX pueden encontrarse numerosas referencias a pacientes que vivían con moscas revoloteando en el interior de sus estómagos, alimentándose de los nutrientes que el huésped ingería. Entre el pueblo llano era común la expresión 'se le escapó la vida en un suspiro' debida a la estampa, no infrecuente, de las moscas abandonando el estómago inerte a través del esófago y la boca del cadáver.
20 noviembre 2013
Y nos enseñó las tetas
Tapándose los pezones con una cruz de esparadrapo negro.
Me voy, pero sé que pensaré en ti cada día de mi marcha, y siempre te querré. Todas las promesas de mi amor se irán contigo. Estaré justo aquí, esperándote. Han pasado siete horas y quince días desde que te llevaste tu amor. Tapándote los pezones con una cruz de esparadrapo negro.
Me ha ayudado mi amiga Elena, hacia la que nunca he sentido una pulsión sexual confesada, tapándome los pezones con una cruz de esparadrapo negro.
Me voy, pero sé que pensaré en ti cada día de mi marcha, y siempre te querré. Todas las promesas de mi amor se irán contigo. Estaré justo aquí, esperándote. Han pasado siete horas y quince días desde que te llevaste tu amor. Tapándote los pezones con una cruz de esparadrapo negro.
Me ha ayudado mi amiga Elena, hacia la que nunca he sentido una pulsión sexual confesada, tapándome los pezones con una cruz de esparadrapo negro.
17 noviembre 2013
Encuentro secreto
Me excita muchísimo, cuando quedo con alguna amiga, acudir sin ropa interior. La cita no tiene en absoluto un cariz sexual. Para ella. Porque por medio de mi decisión la convierto en un encuentro altamente erótico. A lo mejor sólo vamos a mirar libros juntos, o nos tomamos un refresco en un bar. Según cree. Pero yo fornico con ella entre las estanterías de libros, o la penetro con ansia sobre la barra.
15 noviembre 2013
Niveles de anonimato
Notas rápidas sobre la célebre conferencia de Peter Wayne en la Facultad de ciencias de la información de la universidad de Rutgers.
Existen cuatro tipos básicos de anonimato en la sociedad red. No son excluyentes y una misma persona puede usar uno, varios o todos de manera indistinta, bajo diferentes personalidades en internet.
- Nomen. El anonimato es inexistente, la persona se identifica absolutamente con su usuario virtual. El autor firma con su nombre, se responsabiliza de su contenido y responde del mismo tanto dentro como fuera de la red. No se hace un uso exhaustivo de las posibilidades de internet, simplemente se actúa bajo los mismo códigos que rigen en su vida fuera de la red y se emplea el medio para aumentar la difusión de su mensaje (spread). El caso típico es el de la mayoría de periodistas.
- Nomen. El anonimato es inexistente, la persona se identifica absolutamente con su usuario virtual. El autor firma con su nombre, se responsabiliza de su contenido y responde del mismo tanto dentro como fuera de la red. No se hace un uso exhaustivo de las posibilidades de internet, simplemente se actúa bajo los mismo códigos que rigen en su vida fuera de la red y se emplea el medio para aumentar la difusión de su mensaje (spread). El caso típico es el de la mayoría de periodistas.
- Máscara. Es un primer grado de anonimato. El autor se expresa bajo un seudónimo, aunque la equivalencia entre la perona y el seudónimo conocida por el público. Esta máscara le otorga al usuario cierta libertad, al permitirle distanciarse de su persona: Se convierte en un actor. Todos saben quién se encuentra detrás de esas opiniones, él sabe que el público lo sabe y sin embargo se atreve a formular lo que al desnudo nunca haría.
- Avatar. Es un estado muy alto de anonimato. El autor, la persona, desaparece completamente detrás de un disfraz. Nadie sabe quién hay detrás. Se produce la separación absoluta entre la vida fuera y dentro de la red. Consiste en la creación de una personalidad o avatar en internet que nos representa y al que somos fieles. Siempre lo utilizamos para nuestra intervención en la red, se puede seguir la historia de este avatar en internet y se crean dinámicas de coherencia. Tal vez no se trate de una transposición de la personalidad del autor, pero siempre funcionará de acuerdo a unos mismo patrones. Se producen vínculos de empatía entre el autor y su avatar que pueden llegar incluso hasta una cierta identificación. La persona lo cuida y quiere lo mejor para él.
- Anónimo. Se trata del estado absoluto de disolución y separación de la persona de su concurso en la red. Se produce la pérdida de identidad. Se caracteriza por acogerse siempre a la categoría de 'anónimo' que permiten todos los programas. Anónimo no es nadie y es todos. Puede decirse una cosa y la contraria sin que resulte una contradicción. Es el estado más alejado a los patrones de funcionamiento de la mente humana. No se puede exigir responsabilidad, ni para bien ni para mal. Permite y encubre los ataques más cobardes pero simultáneamente posibilita el camino a la única epifanía posible en internet: la del benefactor anónimo. En este sentido, es la exacta concepción del demiurgo de la civilización occidental.
- Avatar. Es un estado muy alto de anonimato. El autor, la persona, desaparece completamente detrás de un disfraz. Nadie sabe quién hay detrás. Se produce la separación absoluta entre la vida fuera y dentro de la red. Consiste en la creación de una personalidad o avatar en internet que nos representa y al que somos fieles. Siempre lo utilizamos para nuestra intervención en la red, se puede seguir la historia de este avatar en internet y se crean dinámicas de coherencia. Tal vez no se trate de una transposición de la personalidad del autor, pero siempre funcionará de acuerdo a unos mismo patrones. Se producen vínculos de empatía entre el autor y su avatar que pueden llegar incluso hasta una cierta identificación. La persona lo cuida y quiere lo mejor para él.
- Anónimo. Se trata del estado absoluto de disolución y separación de la persona de su concurso en la red. Se produce la pérdida de identidad. Se caracteriza por acogerse siempre a la categoría de 'anónimo' que permiten todos los programas. Anónimo no es nadie y es todos. Puede decirse una cosa y la contraria sin que resulte una contradicción. Es el estado más alejado a los patrones de funcionamiento de la mente humana. No se puede exigir responsabilidad, ni para bien ni para mal. Permite y encubre los ataques más cobardes pero simultáneamente posibilita el camino a la única epifanía posible en internet: la del benefactor anónimo. En este sentido, es la exacta concepción del demiurgo de la civilización occidental.
13 noviembre 2013
Momentos embarazosos de la humanidad
Hablemos de ese momento incómodo que se produce cuando, esperando a la persona con la que has quedado, la ves llegar y se establece el contacto visual, pero todavía debéis salvar el corto lapso de tiempo que tarda en llegar hasta ti para empezar con el ritual de los saludos. Un instante que a veces no es tan corto, que puede prolongarse durante un desesperante ciclo de semáforo o todo un trecho de calle por recorrer.
Descartada la solución más sensata –disimular–, ¿qué se hace durante ese tiempo? No podéis pretender no haberos visto, dirigir la atención a otro lugar podría interpretarse como gesto de descortesía. Estáis, por tanto, socialmente obligados a miraros. Con impotencia, ya que es muy frustrante que los primeros instantes del encuentro, de gran intensidad emocional, coincidan con un apartamiento físico. Y os miráis sin saber cómo actuar, cómo transmitiros la satisfacción del momento, y tal vez hagáis algún gesto de empatía o pretendidamente gracioso.
Pero todo ello sintiéndoos muy estúpidos y sin poder parar de pensar, mientras tanto, cuánto más apropiado resultaría que el primer contacto coincidiera con el encuentro físico, para evitar así esta embarazosa situación.
Descartada la solución más sensata –disimular–, ¿qué se hace durante ese tiempo? No podéis pretender no haberos visto, dirigir la atención a otro lugar podría interpretarse como gesto de descortesía. Estáis, por tanto, socialmente obligados a miraros. Con impotencia, ya que es muy frustrante que los primeros instantes del encuentro, de gran intensidad emocional, coincidan con un apartamiento físico. Y os miráis sin saber cómo actuar, cómo transmitiros la satisfacción del momento, y tal vez hagáis algún gesto de empatía o pretendidamente gracioso.
Pero todo ello sintiéndoos muy estúpidos y sin poder parar de pensar, mientras tanto, cuánto más apropiado resultaría que el primer contacto coincidiera con el encuentro físico, para evitar así esta embarazosa situación.
11 noviembre 2013
Profesional con idiomas
Es lo único que me queda. Sentado en la oscuridad de mi habitación ante la pantalla de este viejo ordenador, bebiendo a morro de una botella de cocacola de dos litros y con la cama sin hacer a mi espalda, salpicada con los restos de semen de todo el mes y trozos momificados de mi cuerpo por el suelo. Son ya dos años. Voy a escribir una lista de las cosas que quiero hacer en la vida y la voy a llevar a cabo. O me suicido.
09 noviembre 2013
Excitado ante la idea
Todavía en pijama y sin desayunar enciende el ordenador, se conecta al correo electrónico y encuentra un mensaje sin leer que ha llegado de madrugada. El remitente es desconocido aunque le quiere sonar, tal vez algún antiguo compañero del instituto, no está segura. El asunto del mensaje, "excitado ante la idea", la decide definitivamente a abrirlo. El contenido se limita a dos breves líneas; en la primera un número de teléfono y en la segunda: Soy un hombre y tú una mujer, ¿sabes lo que quiero decir?
07 noviembre 2013
Europa
Por la mañana, el que duerme ha hallado descanso en el fondo del río. La fuerza de la corriente ha abierto la puerta y te arrastra. Sobre tu cuerpo, todavía hay gente viva. Sigue al río con el paso de los días. Hacia el océano que refleja el cielo. Quieres despertarte para liberarte de la imagen de Europa. Pero no es posible. Europa. Lars von Trier.
05 noviembre 2013
Instrucciones de uso
Realizar esta actividad sólo con el pene en completa erección.
1. Se pasa el brazo por la espalda y se hace asomar la mano entre las piernas.
2. Se agarra fuerte el miembro y se tira de él hacia detrás con cuidado de que los testículos se coloquen a cada lado del mismo, para no aplastarlos contra el perineo. (Se notará una fuerte tensión en la base o raíz del pene, que puede acompañarse de dolor. No es problemático si no se prolonga mucho tiempo).
3. Acercarse de incógnito al rostro de la persona a quien se quiere sorprender. Colocarse a una distancia aproximada de entre 10 y 15 centímetros.
4. Soltar el pene y permitir que recupere instantáneamente su posición, impulsado por el mecanismo de resorte, hasta estrellarse contra el rostro.
Se considera que la maniobra está correctamente ejecutada cuando el impacto produce un sonido como el de una bofetada.
1. Se pasa el brazo por la espalda y se hace asomar la mano entre las piernas.
2. Se agarra fuerte el miembro y se tira de él hacia detrás con cuidado de que los testículos se coloquen a cada lado del mismo, para no aplastarlos contra el perineo. (Se notará una fuerte tensión en la base o raíz del pene, que puede acompañarse de dolor. No es problemático si no se prolonga mucho tiempo).
3. Acercarse de incógnito al rostro de la persona a quien se quiere sorprender. Colocarse a una distancia aproximada de entre 10 y 15 centímetros.
4. Soltar el pene y permitir que recupere instantáneamente su posición, impulsado por el mecanismo de resorte, hasta estrellarse contra el rostro.
Se considera que la maniobra está correctamente ejecutada cuando el impacto produce un sonido como el de una bofetada.
01 noviembre 2013
Pánico
Estoy sentado en el inodoro de los aseos de la oficina en mi primer día de trabajo en esta nueva empresa, satisfaciendo la necesidad acuciada por el miedo y los nervios sobre mi aparato digestivo. La situación se ha complicado al haberse atascado un excremento en el anillo anal. Llevo aquí ya demasiado tiempo para ser mi primer día. Sudo.
29 octubre 2013
Te odio
Víctor, ¿podemos hablar?
¿De qué?
He estado leyendo tu blog.
¿El qué?
Tu blog.
Yo no tengo blog.
No mientas, Víctor. Te lo has dejado abierto en el ordenador.
Ah ya, era un blog que estaba leyendo...
Te has dejado abierta la página de edición. Es tu blog.
...
No me ha gustado lo que he leído.
Pero ¡si nada es verdad! Son chorradas que se me ocurren. De verdad que no me drogo ni me acuesto con todas las chicas. No sé, son cosas graciosas que pienso a veces...
Pues a mí no me hacen ninguna gracia.
Pero mamá, ¡que no son verdad!
¿Qué son entonces?
Son cosas que se me ocurren...
Pero, ¿es que quieres ser escritor?
No.
Menos mal, porque no está muy bien escr...
¡Ya lo sé!
Entonces qué significan todas esas historias escatológicas... ¿es que sigues en la fase anal? No te rías, es muy preocupante si de verdad es eso en lo que piensas con 37 años. Y lo mismo con todo el sexo. Es enfermizo; ni un adolescente ansioso por descubrirlo...
...
Me tienes muy preocupada.
¿De qué?
He estado leyendo tu blog.
¿El qué?
Tu blog.
Yo no tengo blog.
No mientas, Víctor. Te lo has dejado abierto en el ordenador.
Ah ya, era un blog que estaba leyendo...
Te has dejado abierta la página de edición. Es tu blog.
...
No me ha gustado lo que he leído.
Pero ¡si nada es verdad! Son chorradas que se me ocurren. De verdad que no me drogo ni me acuesto con todas las chicas. No sé, son cosas graciosas que pienso a veces...
Pues a mí no me hacen ninguna gracia.
Pero mamá, ¡que no son verdad!
¿Qué son entonces?
Son cosas que se me ocurren...
Pero, ¿es que quieres ser escritor?
No.
Menos mal, porque no está muy bien escr...
¡Ya lo sé!
Entonces qué significan todas esas historias escatológicas... ¿es que sigues en la fase anal? No te rías, es muy preocupante si de verdad es eso en lo que piensas con 37 años. Y lo mismo con todo el sexo. Es enfermizo; ni un adolescente ansioso por descubrirlo...
...
Me tienes muy preocupada.
26 octubre 2013
La edad basada en el ángulo de la erección
Taxonomía de la erección. Casos.
Improcedente
Entre los 10 y los 15 años comienza la edad fértil en la gran mayoría de los hombres, aunque existen erecciones desde el mismo nacimiento. Habitualmente se adoptan los quince años como punto de partida de las taxonomías por edades, por seguir con la clasificación en lustros de la Asociación Americana de Salud Sexual (ASHA). Esta fase formativa se asimila a una suerte de periodo arcaico del escalón consecutivo, en el que se desarrollan en toda su potencia.
180º
Entre los 15 y los 20 años se alcanza un ángulo de erección de 180 grados respecto a la fuerza de la gravedad. Es decir, respecto de su sentido vertical y descendente, y midiéndola en un sujeto en posición erguida, de pie. El pene llega incluso a presionar fuerte contra el abdomen, tanto, que si no estuviere éste allí, podría seguir incluso ampliando su ángulo. La turgencia del miembro es absoluta, marmórea. La característica principal de este rango de edad es que se pueden alcanzar un número ilimitado de erecciones al día y mantener el estado descrito durante todo el tiempo que se desee, desde horas a días (aunque hay documentados casos, no es recomendable llegar a este extremo). La erección no pierde calidad con cada desempeño del pene –incluyendo la eyaculación– y se puede volver a recuperar el estado cuantas veces se desee, para repetir el ciclo. La velocidad de levantamiento es casi meteórica; en un instante se puede pasar del estado de relajamiento al de tensión máxima. Es muy frecuente su aparición de forma involuntaria.
165º
Entre los 20 y los 25 años se mantienen las características del lustro precedente, si bien se van difuminando los extremos. El ángulo de erección se encuentra en torno a los 165 grados, pudiéndose lograr todavía los 180 grados sin excesiva dificultad. La turgencia sigue siendo absoluta. Según se va avanzando en este periodo, va costando más lograr los registros inverosímiles del anterior fase, si bien se gana en control. Se trata de la fase de plena potencia, donde se cede un poco de la fuerza bruta del quinquenio anterior a favor del dominio y manejo, que alcanza la perfección durante estos años.
145º
Entre los 25 y los 30 años el ángulo de erección alcanza sin problemas los 145 grados. Aparecen los primeros síntomas del declive, que durante los primeros años son imperceptibles y se empiezan a manifestar hacia el final del lustro. La potencia sexual es mesurada, tras el periodo anterior. La turgencia absoluta ya no es permanente y se alterna con periodos de esponjamiento consistente pero no pétreo, que se irán convirtiendo en la norma hacia el final de este periodo. La erección espontánea es menos frecuente y el tiempo de levantamiento aumenta hasta situarse en torno a 10 segundos.
120º
Entre los 30 y los 35 años los poderes han mermado visiblemente. La erección común no pasa de los 120 grados e incluso, durante la mayor parte de su duración, el pene se mantiene por debajo de dicho ángulo. Puntualmente pueden conseguirse marcas más alentadoras. La turgencia absoluta dura sólo unos momentos y el resto del tiempo el miembro se mantiene en estado semirrígido. Todavía es relativamente fácil aguantar una erección de buena calidad, aunque conviene mantener la concentración en ella, porque en esta edad la pérdida involuntaria de dicho estado comienza a ser una certeza, hasta ahora inexistente, y que será cada vez más común. En paralelo, su consecución ya no es instantánea y tampoco se prolonga en el tiempo todo lo que se desea. Se requiere mucho más tiempo de recuperación tras cada desempeño del pene, y además disminuye la calidad de los siguientes desempeños del mismo día. Todavía es asequible disfrutar de varias erecciones al día, pero la cantidad se va limitando ostensiblemente. Su aparición de forma involuntaria es ya infrecuente.
90º
Entre los 35 y los 50 años el ángulo de la erección se sitúa en torno a los 90, decayendo según va avanzando la edad. En el primer lustro es todavía posible mantener, algo empobrecidas, las características del periodo anterior, por lo que sigue resultando aceptable. Sin embargo durante el segundo lustro decae lentamente y más rápidamente en el tercero. Las erecciones involuntarias son inexistentes. En paralelo, y debido a que empieza a constituir un reto, se experimenta cierta resignación en torno al propio acontecimiento de la erección, que suele empezar en el primer lustro y se encuentra bien asentado al final de estos quince largos años.
60º
A partir de los 50 años el ángulo oscila entre los 60 y los 70 grados. Las erecciones se convierten en un bien poco frecuente y que requiere de mucha dedicación. Todas las características han mermado mucho, en progresión inversa al aumento del desinterés sobre el estado de inflamación fálica. El declive es evidente e irreversible. La erección perfecta de antes de los treinta años ya es completamente imposible, hay que conformarse con un estado de semirrigidez que normalmente ni siquiera se mantiene durante el tiempo necesario para completar un coito.
Improcedente
Entre los 10 y los 15 años comienza la edad fértil en la gran mayoría de los hombres, aunque existen erecciones desde el mismo nacimiento. Habitualmente se adoptan los quince años como punto de partida de las taxonomías por edades, por seguir con la clasificación en lustros de la Asociación Americana de Salud Sexual (ASHA). Esta fase formativa se asimila a una suerte de periodo arcaico del escalón consecutivo, en el que se desarrollan en toda su potencia.
180º
Entre los 15 y los 20 años se alcanza un ángulo de erección de 180 grados respecto a la fuerza de la gravedad. Es decir, respecto de su sentido vertical y descendente, y midiéndola en un sujeto en posición erguida, de pie. El pene llega incluso a presionar fuerte contra el abdomen, tanto, que si no estuviere éste allí, podría seguir incluso ampliando su ángulo. La turgencia del miembro es absoluta, marmórea. La característica principal de este rango de edad es que se pueden alcanzar un número ilimitado de erecciones al día y mantener el estado descrito durante todo el tiempo que se desee, desde horas a días (aunque hay documentados casos, no es recomendable llegar a este extremo). La erección no pierde calidad con cada desempeño del pene –incluyendo la eyaculación– y se puede volver a recuperar el estado cuantas veces se desee, para repetir el ciclo. La velocidad de levantamiento es casi meteórica; en un instante se puede pasar del estado de relajamiento al de tensión máxima. Es muy frecuente su aparición de forma involuntaria.
165º
Entre los 20 y los 25 años se mantienen las características del lustro precedente, si bien se van difuminando los extremos. El ángulo de erección se encuentra en torno a los 165 grados, pudiéndose lograr todavía los 180 grados sin excesiva dificultad. La turgencia sigue siendo absoluta. Según se va avanzando en este periodo, va costando más lograr los registros inverosímiles del anterior fase, si bien se gana en control. Se trata de la fase de plena potencia, donde se cede un poco de la fuerza bruta del quinquenio anterior a favor del dominio y manejo, que alcanza la perfección durante estos años.
145º
Entre los 25 y los 30 años el ángulo de erección alcanza sin problemas los 145 grados. Aparecen los primeros síntomas del declive, que durante los primeros años son imperceptibles y se empiezan a manifestar hacia el final del lustro. La potencia sexual es mesurada, tras el periodo anterior. La turgencia absoluta ya no es permanente y se alterna con periodos de esponjamiento consistente pero no pétreo, que se irán convirtiendo en la norma hacia el final de este periodo. La erección espontánea es menos frecuente y el tiempo de levantamiento aumenta hasta situarse en torno a 10 segundos.
120º
Entre los 30 y los 35 años los poderes han mermado visiblemente. La erección común no pasa de los 120 grados e incluso, durante la mayor parte de su duración, el pene se mantiene por debajo de dicho ángulo. Puntualmente pueden conseguirse marcas más alentadoras. La turgencia absoluta dura sólo unos momentos y el resto del tiempo el miembro se mantiene en estado semirrígido. Todavía es relativamente fácil aguantar una erección de buena calidad, aunque conviene mantener la concentración en ella, porque en esta edad la pérdida involuntaria de dicho estado comienza a ser una certeza, hasta ahora inexistente, y que será cada vez más común. En paralelo, su consecución ya no es instantánea y tampoco se prolonga en el tiempo todo lo que se desea. Se requiere mucho más tiempo de recuperación tras cada desempeño del pene, y además disminuye la calidad de los siguientes desempeños del mismo día. Todavía es asequible disfrutar de varias erecciones al día, pero la cantidad se va limitando ostensiblemente. Su aparición de forma involuntaria es ya infrecuente.
90º
Entre los 35 y los 50 años el ángulo de la erección se sitúa en torno a los 90, decayendo según va avanzando la edad. En el primer lustro es todavía posible mantener, algo empobrecidas, las características del periodo anterior, por lo que sigue resultando aceptable. Sin embargo durante el segundo lustro decae lentamente y más rápidamente en el tercero. Las erecciones involuntarias son inexistentes. En paralelo, y debido a que empieza a constituir un reto, se experimenta cierta resignación en torno al propio acontecimiento de la erección, que suele empezar en el primer lustro y se encuentra bien asentado al final de estos quince largos años.
60º
A partir de los 50 años el ángulo oscila entre los 60 y los 70 grados. Las erecciones se convierten en un bien poco frecuente y que requiere de mucha dedicación. Todas las características han mermado mucho, en progresión inversa al aumento del desinterés sobre el estado de inflamación fálica. El declive es evidente e irreversible. La erección perfecta de antes de los treinta años ya es completamente imposible, hay que conformarse con un estado de semirrigidez que normalmente ni siquiera se mantiene durante el tiempo necesario para completar un coito.
22 octubre 2013
Arrepentirte
Cagar verde. Que te duela. No contárselo a nadie. Marchitarte con los días. Así, lentamente hacia el desenlace y, cuando ya es demasiado tarde, arrepentirte de todo.
20 octubre 2013
Internet ha hecho mucho daño
Como portador de pene, debo expresar el daño que nos ha hecho el advenimiento de internet en nuestras sociedades. Yo he estado siempre muy contento y orgulloso de mi miembro. He proporcionado enormes cantidades de placer a las mujeres y me he dedicado a él con esmero todos los días. Yo pensaba que tenía un pene absolutamente normal y cuando hablábamos los compañero de la oficina sobre los temas de follar y nuestras pollas, imaginaba que las de mis compañeros eran iguales que la mía. Pero luego llegó el advenimiento de internet y de la pornografía que estaba contenida en esta nueva tecnología y ya me di cuenta de que tenía el pene diferente a los demás hombres. No entiendo por qué ninguna de las mujeres a las que he proporcionado placer, me lo ha comentado nunca. Y ya sé lo que ustedes se imaginan, que la tengo más pequeña que la gente que sale en internet y que eso es normal porque ellos son actores elegidos, e incluso a veces las fotografías están retocadas para aumentar el tamaño de sus atributos genitales. Pero no es eso. Sí que la tengo más pequeña que los atributos genitales que salen en internet, pero no me refiero a este hecho en concreto cuando digo que tengo el pene diferente de los otros hombres. Lo que a mí me sucede tiene que ver con la forma de mi pene. Los huevos son normales, como los de las otras personas. Pero mi cipote tiene una forma diferente. Digamos que el modelo normal, el de todos ustedes sin ir más lejos, es como un tubo terminado en el extremo por el capullo o glande, que es de otro color y de piel más suave. Pues en mi caso no es un tubo, es como un helado de cucurucho. El cipote se va ensanchando hacia la punta y el capullo o glande es bestial, como una bola de helado de fresa grande. Yo pensaba que todo el mundo tenía el pene así, pero resulta que no, que en internet no se ve ninguno igual que el mío. Y me he informado y no es tan normal, alguno hay, pero muy pocos. Y ahora estoy muy acomplejado y ya no me apetece seguir dando placer a las mujeres con esta polla amorfa, de risa.
18 octubre 2013
Pensamientos extraños e improductivos
Llevando la discusión al ámbito de las consideraciones prácticas, es interesante apuntar las posibilidades de la higiene dental y la gran idea de un mundo sin caries dentales, ni el resto de problemas asociados con los dientes, la lengua o la cavidad oral, que llegaría así a convertirse en el primer acicate hacia la desaparición de los temores asociados con el dolor derivado de intervenciones dentales, e incluso la idea de que la placa pudiera aparecer sobre la superficie de los dientes, con las consecuencias negativas que ello conlleva, tales como olores repugnantes emitidos por la cavidad bucal y la decoloración, así como la perforación resultante de imágenes mentales que una vez fueron bellas y la posibilidad de ruptura de las relaciones basadas en la idea de una distorsión negativa de la boca, por los dientes, que si bien no está necesariamente considerada como uno de los pilares principales de la felicidad, puede, de hecho, convertirse en una pequeña úlcera que supura y transfiere energías negativas a la mente, que se encontraba en estado de paz y reposo, dando lugar a pensamientos extraños e improductivos. David Lynch. Strange and unproductive thinking.
15 octubre 2013
El premio
No, realmente no sé a qué te refieres. No entiendo por qué quieres que dejemos de trabajar y vayamos un momento al dormitorio. ¿No ves que queda todavía mucho por hacer? Ya sé que estás cansada, yo también, pero... ¡esto es absolutamente fascinante!, ¿no crees? Lo que hemos descubierto esta tarde puede abrir caminos completamente nuevos, esta es una forma diferente de enfrentarse al problema y ¡la hemos encontrado nosotros! ¿No te das cuenta de que podríamos estar vislumbrando la ruta hacia la solución definitiva, después de tantas décadas de fracasos colectivos? Pero antes hay que desechar cualquier posible error, tenemos que cuidarnos de ello, y no podemos parar justo cuando estamos tan concentrados, ahora que estamos tan metidos de lleno... y tan cerca. Sí, ya sé que son las tantas de la madrugada... Mira, no lo entiendo ¿acaso a ti no te resulta interesante? ¿No hemos dedicado años de trabajo a esto, soñando con este momento? Pues entonces, ¿por qué quieres lo dejemos? vamos a continuar un rato más... luego tendremos tiempo de ir al dormitorio. No sé qué te ha dado con el dormitorio, qué hay tan interesante allí... ¡con lo que tenemos aquí! Venga, no perdamos más el tiempo hablando, hay cosas más importantes que requieren nuestra atención. Anda, ven, mira lo último que estaba desarrollando, ¿qué opinas?
14 octubre 2013
Hijas que lloran abrazadas a madres
Con 37 años creo pasadas todas mis oportunidades de volver a desflorar a una mujer y eso hace mi vida un poco peor.
¿Jiñas sangre? Tengo una polla que no uso.
El conejo, puta, destapa el conejo.
Queremos que nuestra vida no sea nunca más así.
Practicar la homosexualidad el primer domingo de cada mes.
Anoche follé por segunda vez en este año; hoy estoy satisfecho, pero en tres días volveré a querer estar muerto.
¿Jiñas sangre? Tengo una polla que no uso.
El conejo, puta, destapa el conejo.
Queremos que nuestra vida no sea nunca más así.
Practicar la homosexualidad el primer domingo de cada mes.
Anoche follé por segunda vez en este año; hoy estoy satisfecho, pero en tres días volveré a querer estar muerto.
12 octubre 2013
Entrevista en "Carreteras encontradas"
Agradezco la entrevista que me realizó Clara R. para el fanzine semestral "Carreteras encontradas" y que aparece en el número de septiembre de este año. Aquí la reproduzco, para el que no tenga la oportunidad de acceder a su publicación original.
¿Cuántas visitas semanales tienes a tu blog? ¿Cuántas, de media, por entrada?
Ambas preguntas se responden con el mismo número: cero.
¿De verdad?
Sí, de verdad... Supongo que te refieres a visitas excluyendo las mías propias. En caso contrario, la media por entrada está en 31, y va subiendo con el tiempo.
¿Estás muy pendiente de las visitas?
Bastante. Es una de las primeras comprobaciones que hago cada vez que me conecto al blog. Comentarios ya sé que no hay, porque no me ha llegado ninguna notificación previa por correo electrónico, pero con las visitas siempre albergo alguna esperanza.
Si me permites la pregunta sincera, pero dura, ¿cómo te sientes sabiendo que nadie lee tu blog, que absolutamente todo sería igual si tú no escribieras?
Es muy decepcionante que nadie lo lea. Pero también me doy cuenta de que yo mismo entro en muchos otros blogs en los que, estoy completamente convencido, soy su único visitante. Nadie, salvo el autor, ha pasado por allí en años y sin embargo sigue publicando, sin preocuparle... Yo no soy así, no hago esto por satisfacción propia, por interés o para ayudarme de alguna manera, como todos los que dicen que es un ejercicio de exorcismo de sus problemas personales.
No me lo tengas en cuenta, pero tengo que preguntártelo: ¿Conlleva algo de enfermedad mental?
No. Es un reflejo de nuestras vidas, en las que nada tiene sentido: Sorprendernos a nosotros mismos escribiendo un texto a la una de la madrugada, cuando al día siguiente tenemos que madrugar. Un texto que nadie va a leer, que no nos va a reportar beneficios –por supuesto económicos, ni tampoco en forma de gratificación personal– y no entender por qué lo hacemos. Es así. No te gusta, escribes mal, pero lo haces. Sin ninguna razón... supongo que porque todas las personas que interesan tienen uno. Quieres ser como ellos, bloguero de éxito. Sí, esa es la motivación: el reconocimiento.
Pero es que nadie te lee.
Lo sé, ese es nuestro fracaso, mi fracaso. En el mundo del blog, he fracasado. También.
¿Cuántas visitas semanales tienes a tu blog? ¿Cuántas, de media, por entrada?
Ambas preguntas se responden con el mismo número: cero.
¿De verdad?
Sí, de verdad... Supongo que te refieres a visitas excluyendo las mías propias. En caso contrario, la media por entrada está en 31, y va subiendo con el tiempo.
¿Estás muy pendiente de las visitas?
Bastante. Es una de las primeras comprobaciones que hago cada vez que me conecto al blog. Comentarios ya sé que no hay, porque no me ha llegado ninguna notificación previa por correo electrónico, pero con las visitas siempre albergo alguna esperanza.
Si me permites la pregunta sincera, pero dura, ¿cómo te sientes sabiendo que nadie lee tu blog, que absolutamente todo sería igual si tú no escribieras?
Es muy decepcionante que nadie lo lea. Pero también me doy cuenta de que yo mismo entro en muchos otros blogs en los que, estoy completamente convencido, soy su único visitante. Nadie, salvo el autor, ha pasado por allí en años y sin embargo sigue publicando, sin preocuparle... Yo no soy así, no hago esto por satisfacción propia, por interés o para ayudarme de alguna manera, como todos los que dicen que es un ejercicio de exorcismo de sus problemas personales.
Háblanos de tu experiencia, ¿cuáles son las motivaciones de un bloguero?
Ya he contestado a medias, no sé cuáles serán para otros blogueros, pero para este bloguero están clarísimas. Yo empiezo una bitácora –y he empezado muchas en mi vida– cuando tengo el convencimiento de que se va a convertir en un éxito meteórico, con perdón del lugar común –uno de los signos de identidad, por otra parte, de este blog–. Si me permites una disgresión al hilo de esto último, me gustaría aclarar que no se trata de un manierismo intencionado, sino que no soy capaz de hacerlo mejor. A mí sólo me sale el adjetivo trillado para acompañar a un nombre, y en cuanto no suena tópico, en el momento que resulta original, ya me chirría y lo cambio enseguida. Volviendo a la pregunta, el momento de diseñar el blog o de componer los primeros post ya lo haces anticipando su resonancia, lo que va a dar que hablar. De hecho, tienes en cuenta ese éxito futurible e incorporas guiños para poder lucirte después, para poder señalar esas coincidencias metatextuales aparentemente casuales, pero en realidad perfectamente estudiadas.
No. Es un reflejo de nuestras vidas, en las que nada tiene sentido: Sorprendernos a nosotros mismos escribiendo un texto a la una de la madrugada, cuando al día siguiente tenemos que madrugar. Un texto que nadie va a leer, que no nos va a reportar beneficios –por supuesto económicos, ni tampoco en forma de gratificación personal– y no entender por qué lo hacemos. Es así. No te gusta, escribes mal, pero lo haces. Sin ninguna razón... supongo que porque todas las personas que interesan tienen uno. Quieres ser como ellos, bloguero de éxito. Sí, esa es la motivación: el reconocimiento.
Pero es que nadie te lee.
Lo sé, ese es nuestro fracaso, mi fracaso. En el mundo del blog, he fracasado. También.
11 octubre 2013
Amor
Introduce la mano dentro de sus leotardos y extrae una verga bellísima, rematada por un bálano brillante y violáceo que, al contacto suave con la piel nívea de su mano, abre el extremo con una contracción espesa de compasión y deja manar su amor.
10 octubre 2013
No quiero que me quieran
No estoy enfermo. Estoy sufriendo una regresión gamberra a la adolescencia. He abierto un blog de contenido pornográfico y le dedico varias horas al día. Por allí desfila porno blando de todas las clases y no le pongo barreras a ninguna tendencia. He posteado desnudos maduros, exhibicionismo, prácticas homosexuales de ambos géneros, onanismo, eyaculaciones, sodomías, etcétera, sin atender a razas, aspecto de los órganos copuladores ni de sus anfitriones. El siguiente paso, que ya está en marcha, es el de complementar la categoría de voyeur con la de protagonista. Quiero compartirme con la red. Sé que será desagradable y en absoluto erótico. Pero eso en mi blog nunca ha sido una condición. Se trata de sexo, sin más.
08 octubre 2013
El ruido del vómito salpicando contra el suelo es insoportable
Alguien que camina por la calle, con quien te vas a cruzar en breves instantes, se detiene, se dobla y arroja copiosamente. Dos, tres veces. Duele. Se limpia, se incorpora, mira a través de las lágrimas y te ve cambiando de acera.
07 octubre 2013
Esclavo de mi condición
Por qué me hicisteis esto. Por qué me distes las herramientas para analizar y los contenidos para comparar. Sólo conozco a hombres felices entre los analfabetos. Es mentira que la educación te permita desarrollarte y te haga libre. Te coloca tras las rejas de la insatisfacción permanente. Deploro saber tanto, quiero regresar al estado primitivo. Que alguien se lleve todas estas voces, toda esta humillación. Este suicidio introspectivo.
06 octubre 2013
Falsas esperanzas (2)
Es mentira que de una experiencia traumática que marca tu vida, que la desgracia, regreses convertido en portavoz de la verdad. En faro para los que están perdidos; es decir, para todos. No van a ponerse a tu disposición, de pronto, unas capacidades que nunca tuviste, permitiéndote un nivel de comunicación trascendental. No vas a alcanzar a crear esa obra de redención con la que todos empaticen, con la que mejoren sus vidas, y que a la vez te ayude a equilibrar tu desgracia, o por lo menos a compensarla. Tu trauma sólo va a servir para aislarte más, alimentar tu melancolía y rencor, y para hacer insoportable el resto de tu vida.
05 octubre 2013
Falsas esperanzas
Estamos tan acostumbrados a las novelas baratas y a las películas malas que hemos llegado a creernos todos sus tópicos. Por ejemplo, que nuestra vida cambia tras pasar por una experiencia extremadamente traumática; que nos hacemos mejores y aprendemos a valorar lo que de verdad importa. Todos hemos vivido tragedias, pero pocos han padecido una aguda de verdad. Cuando, por desgracia, nos toca y conseguimos superarla, se instala en nosotros un vacío, una angustia. Es la depresión posterior. Nace tanto del recuerdo de la violencia vivida como de una falsa idealización que hemos interiorizado: la de que ahora de verdad alcanzaremos una conexión plena con la existencia, una puerta para trascender. Y no es así. Uno descubre, tras superar el horror, que regresa al horror de su vida cotidiana que sigue igual de vacua, contingente y falta de alicientes como siempre. Durante la tragedia, el objetivo era claro: seguir, vivir. Y ahora nos preguntamos si esto es aquello por lo que tanto luchamos. Dudamos de que mereciera la pena el esfuerzo. Pero no por la banalidad propia de la vida, sino por las esperanzas infundadas, las mentiras de todas esas historias con las que nos intoxicamos, que nos hacen creer en una redención demiúrgica en vida tras escapar de los infiernos. Pues no.
Decepción. Desconsuelo. Desencanto.
Decepción. Desconsuelo. Desencanto.
04 octubre 2013
Para eso están los amigos
Ramón, ya lo he intentado dos veces y siempre me sale mal. Ahora tengo miedo de volver a probarlo, por si no lo consigo otra vez. Sería la tercera. Mi madre está hecha polvo. No sólo he arruinado mi vida, también la suya. Por eso necesito que me ayudes. Yo solo no puedo, pero tengo que terminar con esto. Lo necesito. Por favor, ayúdame.
Sí, me encontraban desangrándome y llamaban a la ambulancia. Las dos veces igual. Y mientras estaba tumbado en el hospital, no dejaba de pensar en mi madre limpiando la sangre del baño. Cuando salí la primera vez y volví a casa, me di cuenta de que habían cambiado todas las toallas. Eran nuevas. Supongo que las otras no se pudieron limpiar y hubo que tirarlas.
Me han quedado cicatrices, pero no se ven tanto.
Entonces, ¿me podrías ayudar? Tú no tienes que hacer nada, de verdad, sólo quedarte allí conmigo y asegurarte de que todo sale bien. Ni siquiera tienes que entrar en el baño. Te quedas fuera, en la puerta. Si quieres, podemos hablar mientras me quede fuerza. Sólo tienes que asegurarte de que todo sale bien.
Sí, mi madre tiene una depresión muy fuerte. No quiere salir a la calle y se queda todo el día en casa, llorando. Está yendo al psicólogo. No puedo soportar estar en casa con ella, me pone de mal humor.
Puedes esperar fuera del baño, no tienes que entrar. Sólo tienes que quedarte conmigo.
Pero es que no puedo pedir ayuda a nadie más. Mis padres no me ayudarían, no puedo, a ellos no. Tú eres mi único amigo. Por favor, Ramón.
Ayúdame.
Sí, me encontraban desangrándome y llamaban a la ambulancia. Las dos veces igual. Y mientras estaba tumbado en el hospital, no dejaba de pensar en mi madre limpiando la sangre del baño. Cuando salí la primera vez y volví a casa, me di cuenta de que habían cambiado todas las toallas. Eran nuevas. Supongo que las otras no se pudieron limpiar y hubo que tirarlas.
Me han quedado cicatrices, pero no se ven tanto.
Entonces, ¿me podrías ayudar? Tú no tienes que hacer nada, de verdad, sólo quedarte allí conmigo y asegurarte de que todo sale bien. Ni siquiera tienes que entrar en el baño. Te quedas fuera, en la puerta. Si quieres, podemos hablar mientras me quede fuerza. Sólo tienes que asegurarte de que todo sale bien.
Sí, mi madre tiene una depresión muy fuerte. No quiere salir a la calle y se queda todo el día en casa, llorando. Está yendo al psicólogo. No puedo soportar estar en casa con ella, me pone de mal humor.
Puedes esperar fuera del baño, no tienes que entrar. Sólo tienes que quedarte conmigo.
Pero es que no puedo pedir ayuda a nadie más. Mis padres no me ayudarían, no puedo, a ellos no. Tú eres mi único amigo. Por favor, Ramón.
Ayúdame.
01 octubre 2013
Todo me da asco
La gente es una mentirosa. Representa su papel de figura extrema, su jueguecito de mierda de acidez social, pero en el fondo es sólo pose, disfraz. Todo mentira. Son vulgares. Tú esperas que de verdad sean así, como se presentan, porque eso le añade un poco de relieve a la vida y hace que merezca la pena. Pero cuando conoces lo que hay debajo, rabias decepcionado. Desprecias su existencia plana, su vida de familia, con amigos, ternura y gato. Eso es el vacío. Eso es mierda. Lo sabéis y por eso fingís lo contrario. Queréis aparentar lo que no tenéis valor de practicar. Se puede, pero hay que atreverse, hijos de puta. Y duele.
29 septiembre 2013
El tiempo perdido
No paro de leer libros y ver películas de críos que se drogan y follan. Mi psicóloga dice que quiero recuperar la adolescencia.
27 septiembre 2013
Infusión
Cojo una cucharada de té y soplo un rato hasta que se enfría. Veo mi cara invertida en el fondo de la cucharilla. Lo pruebo y añado más azúcar.
Luego aprieto muy fuerte el vaso hasta que hago saltar el vidrio. Me corto dos dedos y la palma de la mano. El corte es muy profundo y sangro mucho. Duele. También he manchado el suelo de la cocina con té oscuro, sangre y trozos de vidrio. Me mareo.
En mi móvil no paran de sonar notificaciones de mensajes de whatssap. Una amiga acaba de tener un hijo, ha creado un grupo con todos sus conocidos y está distribuyendo fotos del bebé. Todos la felicitan.
Yo no llegaré a conocer a ese niño.
Luego aprieto muy fuerte el vaso hasta que hago saltar el vidrio. Me corto dos dedos y la palma de la mano. El corte es muy profundo y sangro mucho. Duele. También he manchado el suelo de la cocina con té oscuro, sangre y trozos de vidrio. Me mareo.
En mi móvil no paran de sonar notificaciones de mensajes de whatssap. Una amiga acaba de tener un hijo, ha creado un grupo con todos sus conocidos y está distribuyendo fotos del bebé. Todos la felicitan.
Yo no llegaré a conocer a ese niño.
24 septiembre 2013
El batería de U2
A veces me da por pensar en el cuarto de U2, ese del que nunca nadie recuerda su nombre... el que no es Bono, ni The Edge, ni el bajista que faltó a un concierto. El otro. Ese. Pues me da por pensar que ha consagrado su vida a los Sudokus. Pero no a resolverlos —como todos los cretinos que van en el metro concentrados en su librito de sudokus, pensando que están haciendo algo bueno por su cerebro, que están alejando una enfermedad neurodegenerativa— sino a crearlos. Se ha pasado la vida construyendo los puzles para que luego otros los resuelvan. El tío no se ha enterado de que existen algoritmos informáticos que los diseñan y mediante los que se puede incluso definir su grado de dificultad. El cuarto de U2 se pasa las tardes encerrado en su habitación, colocando números y luego quitándolos progresivamente para que el sistema siga siendo compatible. Y se entusiasma cuando consigue uno difícil.
Y está tan metido en su hobby, tan imbuido, que a veces se le nubla un poco la razón e incurre en situaciones grotescas, como la vez en que fue a ver a Bono llevándole el que, según él, era el sudoku perfecto. El tipo estaba empeñado en que tenían que hacer una canción con aquello y a Bono le daba un poco de apuro decirle la verdad, que la idea era una completa estupidez, así que cometió el error de intentar justificar su negativa apelando a razones primero artísticas y después comerciales, cuando la cosa empezó ya a escapársele de las manos. Pero el cuarto de U2 entendía que en el sudoku convergían por un lado experiencias electrónicas como las que estaban explorando para su nuevo álbum y por otro un cierto clasicismo. Dijo que era un guiño a los fans históricos de la banda y que ellos sabrían entender el arcano que les proponía con este ejercicio de metalenguaje. Trató de convencer a Bono de que era apropiado para meterlo como extra en el disco que estaban trabajando en aquel momento, que terminó llamándose Pop.
Tras su fracaso, entró en una fase nihilista que ha influido en sus sudokus. Su planteamiento más cínico de la vida ha hecho que desde entonces desarrolle un nuevo tipo de rompecabezas mucho más críptico, en los que ha introducido nuevas variables como combinaciones de letras con números o incluso símbolos inspirados directamente en los jeroglíficos egipcios, mediante los cuales construye mensajes en clave sobre advenimientos trascendentales para la humanidad o simplemente anunciando las fechas de sus nuevas giras. Repetidas veces ha intentado, sin éxito, acreditar sus variantes en un apartado de la entrada 'Sudoku' de la wikipedia. Y hasta hace apenas unas semanas publicaba sus desafíos en una página web anónima —que lamentablemente se encuentra en este momento inaccesible— desde la que entablaba conversaciones alucinantes con los anónimos, en los comentarios de la misma. Allí se mostraba convencido de que el futuro de la música está completamente vinculado al desarrollo de la teoría de grupos del álgebra abstracta.
22 septiembre 2013
Así lo hago yo
Coloco los pies paralelos, cuidándome de que ocupen
homogéneamente su baldosa respectiva y sin rebasar sus límites. Las piernas han
de quedar en posición vertical hasta las rodillas, donde se doblan en ángulo
recto, alineadas con el asiento. Sobre ellas dejo descansar los codos de manera
que los brazos converjan ligeramente, con calculada simetría, hacia las palmas
abiertas y enfrentadas de las manos, en las que apoyo las mejillas. Con los
ojos cerrados y el gesto concentrado voy bombeando excrementos fuera del
cuerpo. Es imperativo que caigan en el centro del sumidero, donde se sumergen
sin salpicar apenas. El proceso debe durar lo justo. No me gusta prolongarlo.
(La posterior limpieza del ano es una tarea
que, por prolija, se haría demasiado larga de describir aquí.)
20 septiembre 2013
Por qué hacerlo
A veces me pregunto qué sentido tienen algunos de nuestros actos cotidianos. Pero no actos trascendentales, no. Cotidianos e incluso contingentes. El tipo de cosas que hacemos sin pensar, simplemente por inercia. Y tampoco me refiero a rutinas interiorizadas hasta los genes. Hablo de actos cuya consecuencia lógica sería el resultado de una pequeña reflexión. Reflexión que esquivamos para ir directamente al objetivo. El término 'esquivar' no lo expresa adecuadamente, pues no hay una resolución firme por evitar, sino que nadie cae en la cuenta de que habría que plantearse la reflexión.
Un ejemplo. He dedicado esta mañana más de media hora a preparar un correo electrónico de reivindicación política -pero política de taberna- en torno a un agravio que padezco, ocasionado, de forma objetiva, por la incompetencia política municipal. Me he esforzado por redactarlo mordazmente, he recopilado datos para documentarlo y he buscado enlaces con más información que sustentaban mis tesis, con ánimo de incorporarlos al envío. Los destinatarios eran los miembros del grupo de amigos con el que mantengo la citada tertulia de política tabernera. Tertulia en la que todos, por cierto, coincidimos en los argumentos y que se reduce a apostillar comentarios en el mismo sentido y a encorajinarnos todos juntos.
Pues bien, tras la cuidadosa preparación del envío y cuando ya me deleitaba sobre sus líneas, repasando mi certera crítica, he dudado si debía enviarlo. No por su contenido, no por la recepción del mismo entre mis amigos, en ambos casos de resultado muy satisfactorio, sino por el propio sentido del acto. Y no he conseguido explicarme el objetivo de todo aquello, el valor de enviar este correo, qué podía aportarnos. Ni cuál era el significado de este episodio que iba a poner en acción a varias personas, emisor y receptores, a una tecnología de transferencia, a un sistema de valores culturales y otras variables que no siquiera era ni soy capaz de concebir. De manera que no lo he enviado.
Un ejemplo. He dedicado esta mañana más de media hora a preparar un correo electrónico de reivindicación política -pero política de taberna- en torno a un agravio que padezco, ocasionado, de forma objetiva, por la incompetencia política municipal. Me he esforzado por redactarlo mordazmente, he recopilado datos para documentarlo y he buscado enlaces con más información que sustentaban mis tesis, con ánimo de incorporarlos al envío. Los destinatarios eran los miembros del grupo de amigos con el que mantengo la citada tertulia de política tabernera. Tertulia en la que todos, por cierto, coincidimos en los argumentos y que se reduce a apostillar comentarios en el mismo sentido y a encorajinarnos todos juntos.
Pues bien, tras la cuidadosa preparación del envío y cuando ya me deleitaba sobre sus líneas, repasando mi certera crítica, he dudado si debía enviarlo. No por su contenido, no por la recepción del mismo entre mis amigos, en ambos casos de resultado muy satisfactorio, sino por el propio sentido del acto. Y no he conseguido explicarme el objetivo de todo aquello, el valor de enviar este correo, qué podía aportarnos. Ni cuál era el significado de este episodio que iba a poner en acción a varias personas, emisor y receptores, a una tecnología de transferencia, a un sistema de valores culturales y otras variables que no siquiera era ni soy capaz de concebir. De manera que no lo he enviado.
19 septiembre 2013
Abuso del pretérito perfecto
Hoy me he levantado, como cada día de diario, a las ocho y media de la mañana. He apagado el despertador, me he desnudado y he arrojado descuidadamente el pijama sobre la cama. He comprobado que no sufría una erección matutina y me he dirigido al cuarto de baño para ducharme. He descolgado del radiador la toalla que empleo para que no se moje el suelo cuando salgo empapado y la he colocado en el pequeño rectángulo de suelo que queda libre en el cuarto de baño. A continuación he entrado en la ducha y cuando he corrido la cortina, antes de girar los grifos, me he percatado del color marrón amarillento que teñía su parte inferior. Mi costumbre de orinar en la ducha está afectando a la cortina, antes blanca. De manera que la he vuelto a descorrer, he salido y me he sentado sobre el inodoro, en el que previamente he bajado la tapa intermedia. He dejado que el caldo acumulado durante la noche fluyera sin oposición y, sin sacudir ni escurrir, me he levantado con la última gota colgando del prepucio. He tirado de la cadena y he entrado por segunda vez en la ducha. He corrido la cortina y he girado los grifos. Como cada mañana, me ha llevado un buen rato regular la temperatura de la mezcla. Cuando lo he conseguido, me he mojado completamente el cuerpo y el pelo de la cabeza y después me he aplicado champú al pelo y gel al cuerpo, en este orden. Me he enjabonado bien hasta conseguir mucha espuma y después me he aclarado. Luego me he quedado un ratito debajo del agua caliente mientras me acariciaba el pene. He cerrado ambos grifos, me he sacudido un poco el agua del pelo y he descorrido la cortina. Una ráfaga de aire frío ha acuchillado mi cuerpo desnudo. He estirado el brazo y he tomado la toalla del gancho de la pared. Me he secado furiosamente para combatir el frío. Cuando estaba bien seco he vuelto a colgar la toalla en su gancho, he recogido la alfombrilla del suelo y la he colocado en el radiador, he apagado la luz del baño y he vuelto a la habitación. He hecho ejercicios de calentamiento con los brazos: adelante y atrás en horizontal; arriba y abajo a ambos lados del cuerpo de forma simétrica, dando una palmada arriba; en círculos, girando cada brazo en sentido contrario. Luego me he echado al suelo para hacer flexiones. Al bajar en la primera, he sentido el contacto frío de las baldosas del suelo contra el extremo del pene. Como cada mañana, he olvidado ponerme el calzoncillo antes de empezar con las flexiones, así que me he levantado, he abierto el cajón de la ropa interior y he cogido los calzoncillos que estaban arriba del montón. Me los he puesto y he vuelto al suelo a hacer flexiones. Al llegar a la número catorce me ha fallado la fuerza de los brazos y he parado. Me he incorporado y he ido a la cocina. Allí he preparado el desayuno. De un armario he tomado la bolsa de cereales, de otro una cuchara y un tazón y de la nevera he sacado la botella de leche. He retirado la pinza que cerraba la bolsa y he llenado el tazón hasta la mitad. He vuelto a poner la pinza a la bolsa. He desenroscado el tapón de la botella y he vertido leche hasta que ha cubierto los cereales. He sumergido la cuchara en el tazón, he tapado la botella y la he metido en la nevera. La bolsa de cereales no la he guardado. He tomado el tazón y he vuelto al dormitorio. Me he sentado y he encendido el ordenador. Mientras arrancaba, he ido comiendo el desayuno. Cuando ha terminado de procesar, he cargado la página web de las ofertas de trabajo publicadas hoy, a la vez que seguía comiendo los cereales con leche. He ido bajando por la lista de ofertas. Conocía todas menos tres, que no me han interesado. Dos requerían una titulación complementaria que no tengo y la tercera oferta era para un puesto en otra provincia. Entre tanto he terminado el desayuno y he apartado el tazón a un extremo de la mesa. He mirado en otra página web en la que no suelo mirar nunca porque a penas publican ofertas y no he encontrado nada. Luego he leído las noticias en la página web de un periódico. Me he dado cuenta de que el sol entraba con fuerza en el dormitorio y he decidido hacerme fotografías para mi blog pornográfico. Me he quitado los calzoncillos y he sacado del cajón la cámara de fotos digital. Me se situado frente a la pared y he empezado a disparar enfocándome a los genitales. Al principio miraba cada foto, después de hacerla, en la pantalla de la propia cámara, pero al final he disparado simplemente sin revisarlas. He ensayado diferentes ángulos y diferentes posturas. En algunas fotos me agarraba el pene con la mano, o simulaba que me masturbaba. También he jugado con la piel del glande, cubriéndolo y descubriéndolo. Durante la sesión he intentado mantener el pene en erección, para que luciera mejor, pero no ha durado mucho, así que también he tomado varias fotos al pene fláccido. He tirado alguna más, enfocándome al torso y haciendo fuerza con los abdominales, y he apagado la cámara cuando el sol ha dejado de entrar por la ventana. He comprobado la hora y he pensado que todavía quedaba un rato para comer. He descargado las fotos en el ordenador y las he colocado en una carpeta con una ruta muy difícil, para evitar problemas. He borrado las fotos de la memoria de la cámara y la he vuelto a guardar en el cajón. A continuación he ido clasificándolas y seleccionándolas en rodas sucesivas, descartando las tres peores cada ronda. Finalmente me he quedado con catorce fotos que me parecían todas muy buenas. El proceso me ha llevado mucho tiempo y cuando he vuelto a mirar el reloj ya era la hora de comer. He borrado la carpeta con los descartes y he vaciado la papelera de reciclaje. He cargado mi blog y he subido las fotos, colocando cada una en una entrada diferente, que he guardado como borrador para ir publicándolos en las próximas semanas, a razón de uno al día. Después he borrado de nuevo la carpeta con las fotos y he vaciado la papelera.
14 septiembre 2013
Serán ceniza...
Cruzo un desierto y su secreta
desolación sin nombre.
El corazón
tiene la sequedad de la piedra
y los estallidos nocturnos
de su materia o de su nada.
Hay una luz remota, sin embargo,
y sé que no estoy solo;
aunque después de tanto y tanto no haya
ni un solo pensamiento
capaz contra la muerte,
no estoy solo.
Toco esta mano al fin que comparte mi vida
y en ella me confirmo
y tiento cuanto amo,
lo levanto hacia el cielo
y aunque sea ceniza lo proclamo: ceniza.
Aunque sea ceniza cuanto tengo hasta ahora,
cuanto se me ha tendido a modo de esperanza.
José Ángel Valente. A modo de esperanza. 1954.
desolación sin nombre.
El corazón
tiene la sequedad de la piedra
y los estallidos nocturnos
de su materia o de su nada.
Hay una luz remota, sin embargo,
y sé que no estoy solo;
aunque después de tanto y tanto no haya
ni un solo pensamiento
capaz contra la muerte,
no estoy solo.
Toco esta mano al fin que comparte mi vida
y en ella me confirmo
y tiento cuanto amo,
lo levanto hacia el cielo
y aunque sea ceniza lo proclamo: ceniza.
Aunque sea ceniza cuanto tengo hasta ahora,
cuanto se me ha tendido a modo de esperanza.
José Ángel Valente. A modo de esperanza. 1954.
10 septiembre 2013
Busco amigos
de: *****@gmail.com
para: *****@gmail.com
fecha: 2 de septiembre de 2013
asunto: Busco amigos
Hola
No soy un loco, soy alguien que busca amigos. Te lo explico: A mi grupo de amigos le tengo mucho cariño pero, por desgracia, se trata de personas sin inquietudes y sin ningún interés, al margen de pasar toda la tarde jugando a las cartas en la taberna. Yo crecí en un pueblo y después me marché para no volver. Pero ellos se quedaron allí, ocupando los puestos de trabajo de toda la vida que, por herencia o jubilación, quedaban libres. Mis amigos llevan hablando exactamente de lo mismo durante más de treinta años, actuando igual día tras día y esperando que todo siga así durante los próximos cien años. Se casaron con las compañeras del colegio que conocimos con seis años, compraron la casa de al lado de sus padres y han llamado a sus hijos igual que ellos.
Yo ya he renunciado a proponer novedades. Por eso he decidido buscar nuevos amigos. Gente con intereses diferentes, con los que pueda intercambiar experiencias. Me gustaría poder hablar con alguien de lo que pienso, de lo que hago, de lo que me llama la atención y conocer esto mismo de otra persona. Quiero aprender algo nuevo.
No quiero que te sientas violento. No te pido que nos encontremos, ni siquiera que hablemos por videoconferencia a través de internet. Sólo quiero que nos escribamos, que nos contemos cosas que no tienen que ser íntimas. Me vale con curiosidades.
Espero que te interese.
Un abrazo
para: *****@gmail.com
fecha: 2 de septiembre de 2013
asunto: Busco amigos
Hola
No soy un loco, soy alguien que busca amigos. Te lo explico: A mi grupo de amigos le tengo mucho cariño pero, por desgracia, se trata de personas sin inquietudes y sin ningún interés, al margen de pasar toda la tarde jugando a las cartas en la taberna. Yo crecí en un pueblo y después me marché para no volver. Pero ellos se quedaron allí, ocupando los puestos de trabajo de toda la vida que, por herencia o jubilación, quedaban libres. Mis amigos llevan hablando exactamente de lo mismo durante más de treinta años, actuando igual día tras día y esperando que todo siga así durante los próximos cien años. Se casaron con las compañeras del colegio que conocimos con seis años, compraron la casa de al lado de sus padres y han llamado a sus hijos igual que ellos.
Yo ya he renunciado a proponer novedades. Por eso he decidido buscar nuevos amigos. Gente con intereses diferentes, con los que pueda intercambiar experiencias. Me gustaría poder hablar con alguien de lo que pienso, de lo que hago, de lo que me llama la atención y conocer esto mismo de otra persona. Quiero aprender algo nuevo.
No quiero que te sientas violento. No te pido que nos encontremos, ni siquiera que hablemos por videoconferencia a través de internet. Sólo quiero que nos escribamos, que nos contemos cosas que no tienen que ser íntimas. Me vale con curiosidades.
Espero que te interese.
Un abrazo
08 septiembre 2013
Una novia
Por fin.
Trece años más joven.
Mejor. Pero no siempre.
¿Qué puta mierda de blog tienes? ¿Otakus? Pero qué cojones dices... toda esta basura asiática. Los libros que lees, ¿de verdad se vende esto?
Me encanta tu falda.
Te quiero.
¿Tienes que reirte siempre de manera tan estúpida cuando digo: follar?
Y, por favor, ya, ¿podemos follar?
Trece años más joven.
Mejor. Pero no siempre.
¿Qué puta mierda de blog tienes? ¿Otakus? Pero qué cojones dices... toda esta basura asiática. Los libros que lees, ¿de verdad se vende esto?
Me encanta tu falda.
Te quiero.
¿Tienes que reirte siempre de manera tan estúpida cuando digo: follar?
Y, por favor, ya, ¿podemos follar?
06 septiembre 2013
03 septiembre 2013
El primer regalo
Aquellos niños que utilizan la excitabilidad erógena de la zona anal, lo revelan por el hecho de retardar el acto de la excreción, hasta que la acumulación de las materias fecales produce violentas contracciones musculares, y su paso por el esfínter, una viva excitación de las mucosas. En este acto, y al lado de la sensación dolorosa, debe de aparecer una sensación de voluptuosidad. Uno de los mejores signos de futura anormalidad o nerviosidad es, en el niño de pecho, la negativa a verificar el acto de la excreción cuando se le sienta sobre el orinal; esto es, cuando le parece oportuno a la persona que está a su cuidado, reservándose el niño tal función para cuando a él le parece oportuno verificarla. Naturalmente el niño no da importancia a ensuciar su cuna o sus vestidos, y sólo tiene cuidado de que al defecar no se le escape la sensación de placer accesoria. Las personas que rodean a los niños sospechan también aquí la verdadera significación de este acto, considerando como un «vicio» del niño la resistencia a defecar en el orinal. El contenido intestinal se conduce, pues, al desempeñar la función de cuerpo excitante de una mucosa sexualmente sensible, como precursor de otro órgano que no entrará en acción sino después de la infancia. Pero, además, entraña para el infantil sujeto otras varias e importantes significaciones. El niño considera los excrementos como una parte de su cuerpo y les da la significación de un «primer regalo», con el cual puede mostrar su docilidad a las personas que le rodean o su negativa a complacerlas. Desde esta significación de «regalo» pasan los excrementos a la significación de «niño»; esto es, que según una de las teorías sexuales infantiles representan un niño concebido por el acto de la alimentación y parido por el recto. Sigmund Freud. Tres ensayos sobre teoría sexual.
27 agosto 2013
Jóvenes airados
Perdona, guapa, pero no me parece que “pervertido hijo de
puta” sea una respuesta apropiada para darle a un desconocido, eso te lo
guardas para tus amiguitos. Pero ¿qué educación os dan hoy vuestros padres? Haz
el favor de tener un respeto por la gente mayor y contesta, que todavía no me
has dicho si ya te han lefado la cara.
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